Apertura

Me gusta cuando los recuerdos se convierten en fuerza, me gusta cuando el cuerpo testifica su poder de sanación, me gusta dejar volar las palabras hasta donde aún no llegan los pasos, pero donde la emotividad de los recuerdos testifican el alcance de los sueños...

Quiero seguir siendo esa persona que se asombra de las cosas, aferrarse al despertar, el sentir paz desde el vientre, el calor de un abrazo, la liberadora energía del sol, las oraciones al universo y todos los momentos en que se hace tan fácil sentir gratitud.

Y que si me gusta despertar? Y qué si me gusta leer cada segundo lo que pasa a mi alrededor, como el velo de viento que se enreda cuando cerramos los ojos y nos hacemos uno con el entorno... Sintiendo el lugar el espacio y el peso o la levedad, leyendo el mensaje del momento, cosquillas por las venas, alegría en la piel que se hace espejo con el prado, lograr calmar el cuerpo y escuchar, solo escuchar lo que venga...

Gratitud al ver la fortuna del cuidado, la paciencia de caminar más lento, el tesoro de tener días para respirar mirar hacía adentro, el poder del cuerpo sanador y el espíritu que se impulsa, descansar... Descansar de la lucha de lo que no debería ser luchado, la salud que parece poder ganarse con estrategia como un valor monetario.

Tengo listo un bolso para volver al ruedo, una maleta para paseos largos y la consciencia nueva para volver a manejar por los caminos, puede parecer poco pero es demasiado para mí.

Increíble salir con la seguridad en casa, lograr dar los abrazos que con cuidado se guardaron, entender el porqué del los que se nos quedaron guardados y amarnos, dar las gracias por todo lo que ha pasado, todo tiene un sentido.