Aquel agosto

Ese agosto soñaba con llevar ese abrazo que tanto habíamos prometido... Ese agosto nuestro corazón parecía calmarse después de que había llegado la tormenta...

Ese agosto la tormenta no paro y nuestro corazón quedó anudado entre nuestras rotas promesas...

Ese agosto volaban cómo vuelan las cometas nuestros sueños de elevarnos con el viento a contra corriente para alcanzar como hilo que une nuestros abrazos... Pero el universo tenía para nosotros otro mensaje...

Cómo quién camina entre el equilibrio, el vuelo de nuestra cometa no nos unía entre nosotros, el hilo mensajero de las nubes se hizo puente a quién el cielo quería aguardar...

Días entre las promesas, días que a veces duelen en la pupilas, días de transformación, días de viajar al infinito...

Nadie sabrá nunca quizá... Que nos espera al otro lado de las nubes, pero solo sabemos que es seguro, tan seguro como seguro es el presente...

Nada es como como quisiéramos todo es como es, es la sabiduría de entenderlo lo único que nos permite amar más cada instante que tocamos con cada segundo...

Quise... Quise mucho... Quise poder ver unos ojos en paz... Quise quice mucho pero mi labor era mi vida nunca la construcción de nadie más...

Te quiero alma del infinito y se que hoy sabes cuánto quice verte, los días parecían contados pero en esta carrera sin lugar ganado nada esta nunca asegurado, yo sé que sientes mi abrazo y se que le darás a quienes te aman el camino para volver al frente.

Quice en mi alma correr y mi cuerpo quizá no te alcanzo, pero hoy soy contigo ceremonia de curación...

Mi alma ya vio la morada que te lleva al infinito y es hermosa, no menos que las imponentes montañas que te vieron crecer, te veo aquí al frente justo con el amor que más cuidé en todo esté tiempo y se que siempre lo habrías entendido, los pasos que dimos siempre fueron los mejores pasos.

Se que descansas en calma porque el mismo Dios a quién orabas es el Dios piadoso de la naturaleza, donde todo fenómeno ocurre en una sincronía que pocos logran entender, porque sé que tan parte eres ahora del viento, del infinito sagrado de estas montañas...