Viaje

Atmósfera que te cambia de lugar la mente, tal vez sea la rareza de las oportunidades, pero en mis pupilas el viaje es como un vértigo en las manos que lo conmueve todo, cada parte que se reinicia del ser... 

Da igual cuánto dure, siempre lo llamaremos sueño... Tuve por un largo tiempo un anhelo anidado en el alma y aunque cambie los párrafos, el compás, la métrica y los pasos, ese boom aquí dentro no cambiará hasta que lo escuché. 

Todo miedo presente parecía pequeño al interponer aquella esperanza que yo había soñado... La llene de letras, de líneas, de canciones, de nombres y hasta electricidad... No me quedaré sin ver eso que tanto iluminó los momentos más grises de aquella angustiosa nada a la que permití por error entrar. Quiero minar mi corazón de fuerza de todo ese asombro de las cosas buenas.

Y veré a lo lejos esos ojos que no encontraban su camino y los lustrare de nuevo para dejar ver su brillo completo y dejaré en aquel puente todo aquello que dolió y lo pintaré de asombro y mística que sacaré del aire que recorre tan grandiosa perspectiva. 

Está vez no será un deyabu, ni una huida perdida, será algo tan mágico como real, tan verdadero como surreal, así como los minutos finitos del Atardecer.

Abrazaré mi alma y cobijare mi corazón, llenaré los instantes que pasan de canciones y los pasos de ensoñación, la misma que me dio y siempre me ha dado el impulso de emprender una vez más el vuelo, como un boceto cinemático y curioso. 

Esa fuerza de los Espíritus sutiles que dejan en el mundo su huella de eternidad en la cinematográfica refracción de la independencia de lo efimero... así seguiré emprendiendo el viaje dentro de mi alma, mientras mis ojos se maravillan por la asombrosa ciudad de las hojas secas y las corrientes poderosas.