La pregunta

De las preguntas que nos hacemos, hay unas más poderosas que otras, pero lo asombroso no son las respuestas, si no la duda que flota en el aire.

El contundente objeto del que caemos presos... ¿cómo despojarnos de todo en absoluto?  sí al tiempo hay cosas que se quedan guardadas, cómo aguantando segundos la respiración antes de salir del agua, volverán a existir, volverá a latir, volverá quizá a ocurrir... ¿Como no ser dueños de los pensamientos que juegan a la suerte con nuestros imposibles?

Cómo no quedarnos un segundo frente al espejo buscando la ruta indicada, cuándo la mirada se va volando por las nubes, cuándo el corazón guarda en sí toda la energía del universo y se escapa cómo siempre a correr por maratones, sin oportunidad de alcanzarlo.

Justo ahora somos tiempo para nosotros, dudas, latidos, soledad acompañada, deseos de abrir las alas y seguir al corazón por la meta... Punto de partida, ojos que sueñan otras miradas, mundos que nos esperan en la poderosa oportunidad de seguir y encontrarnos.

¿Será o no pertinente negar la existencia de todo lo palpable de nuestros pensamientos? de nuestra permanecía, o de nuestra buena amnesia. 

Algunos recuerdos buenos se reservan y sin embargo también partimos en la proyección de la poesía, de la magia, del puente entre lo que alcanzan nuestras manos y de todo lo que alcanza a ver nuestra alma entera...