Crónicas mudas del alma



Solía escribir para poner un leve toque de alma a todas aquellas cosas que parecían demasiado livianas para una vida bohemia.

Hace semanas mi respiración no había sentido ese embargo que llena el impulso de hacer nacer las palabras y sin embargo el corazón no estaba suspendido, cada latido estaba más apegado al alma que en otros momentos de aparente sociego...

Al menos ahora sabemos qué absurdo sonaban nuestros pasados pesares.


No era ese mundo nuevo lo que nos hacía latir, eran los pequeños frutos de la vida cotidiana... 

Era la sonrisa de nuestros amigos, era ese abrazo al saludar, eran los años de habernos acostumbrado a tenerlo todo... 

Era el amor de nuestros padres, la fe de vernos cada día, eran todas esas frágiles existencias que en un soplo podían volar al infinito... 

Era cada gota, cada minuto, cada segundo de inmensa realidad lo que no habíamos entendido e intentado amar... 


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