Cuento del poema perdido

Me dormí recordando un poema que había hecho hace algunos años atrás... Hoy no me despertaron Los ladridos de mi perro a los vecinos, La verdad quería seguir durmiendo, la verdad no quería escribir nada biográfico, sólo quería sentir el verso libre, eufórico, eterno y desenfrenado.

Me despertaron mis ganas de escribir y mis recuerdos sobre aquel poema que hablaba sobre el paso de los años, hablaba sobre las líneas nuevas que se marcan en la piel, como cuando escribes fuerte con lápiz sobre el papel, hay cosas que ya no se pueden borrar y sin embargo llena de alegrías desconocidas para mí en aquel tiempo, me sentía feliz porque ahora de tanto sonreír y con una mayor musicalidad, decía que tenía hoyuelos en las mejillas de tanto reír.

Cumpliendo años aquel día escribía sobre esos tabúes y esos temores que la sociedad nos quiere imponer sobre el paso de los años, intentaba concluir con la ayuda de mis últimos acontecimientos en el hospital, que la vida es un milagro y no podemos contar en reversa y que todas sus huellas en nosotros deben ser como un lienzo, una obra que se va dibujando con los años...

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