Fuerza para la caída del sol




Corazón retornado, espíritu certero de una voz serena que no escuchamos...

Quizá si entendiéramos la simplicidad de los lapsos, la temporalidad de la primavera... La majestuosidad de cada paso... Quizá nos amaríamos más, cada giro sería una caricia del tiempo, la fortuna de abrazarnos una vez más...

Todo cambia, todo puede acabar o todo puede empezar... Somos tan frágiles como la naturaleza, tan etéreos y reales como el amor supremo que nos rodea.

Reza por el camino eterno de la vida, todo cuanto somos está lleno de sonrisas y salpicado por lágrimas

Perfecto el respirar, camino de cenizas de mundos para escalar y de pruebas para diseñar de nuevo la vida, fe, espíritu y fuerza que sólo Dios podría brindar.

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