Durmiendo bajo el mundo entero

Luces que debo ignorar hoy testifican cómo único medio lo que el cielo solo puede susurrar a medio eco desde una humilde ventana, durmiendo bajo el mundo entero.

El techo parece pesado si se oculta tan épico espectáculo de gratuidad ante los silencios del universo.
Te busco y me busco, narraciones han de ser mejor explicadas como descripciones que abandonan su poder de ser poemas, importa poco quién logre entender tal conjugación de virtudes.

Ante la bóveda quedan desnudas cada una de las mascaras, soltarte ante el desabrigo para encontrarte, desbordar de realidad el intrigante acertijo del recuerdo, melancolía segundo idioma, amor real, alma que tenue como hoy siempre alumbra, mis pasos han sido guiados por pasos que alejé, desde allí tan cerca, tan dilema, tan sin saber si escuchabas, manos que arrullan son las que escriben hoy al mundo un cálido abrigo que tejen las cartas al mundo que hoy decido entregar...

Me asomó porque olvidé poner el techo, mi felicidad es ver, mi alegría ver lo mismo cómo nuevo cada vez, porque suelo olvidar y retomar de apoco las estrellas, allí estarás, conmigo en la memoria de las estrellas que escondemos. Amor al alma, amor a la vida, amor y vértigo, vida que se rapaza cada día en cada noche.